Esa mañana desperté más temprano de lo habitual con un poco de dolor de cabeza, la noche estuvo larga me costó mucho conciliar el sueño.
Al salir de mi habitación al corredor para dirigirme al baño pude escuchar un murmullo de la servidumbre …»si, si lo vieron él está infectado al parecer acaba de llegar de Europa»
Rafael Ossa de la Espriella vivía en una casa vieja, su propietaria era una viuda que arrendaba habitaciones en el centro viejo de la ciudad; Rafael vivía en un cuarto cómodo con un televisor de perilla último modelo de la época de los años 80, de los primeros que salieron a color, y un ventilador de techo que, al prenderlo hacia el sonido de un tren, una cama sencilla y una cómoda para un soltero, pequeña, pero con tamaño justo.
Así vivía el compadre Rafa, esa mañana durante el desayuno le pregunto a la empleada doméstica,» Mirta de que estabas hablando de un infectado explícame»
Ay docto dicen que llegó un tipo alto mono de ojos verdes de Europa y dicen que trae la peste eso dicen …
«Mirta de que peste hablas eso no existe, menos en estas tierras sabaneras no hables necedad»
Rafael siguió desayunando y en el periódico se dio cuenta de una noticia que cambiaría para siempre su vida.
Rafael se había separado hacía tres años de su esposa de la cual vivía eternamente enamorado y en la página de sociales vio el anuncio de la boda de su amada con un hombre de origen griego, millonario al parecer que había llegado hacía poco a la tierra del mango pero que nadie sabía su nombre.
Su silencio fue absoluto, se levantó de la mesa a mitad de su desayuno y se dirigió caminando lentamente dando pasos firmes y tranquilos a un balcón de la pensión que daba hacía la plaza central del pueblo, y dijo …ahora sí la perdí la perdí… con voz entrecortada.
Fue a su habitación y tomo una botella de ron que tenía en su mesa de noche y tomo una copa llena con nostalgia y la bebió toda de un zarpazo.
La boda se anunciaba pomposa un evento maravilloso para fines de mes en la catedral del pueblo.
Todos se preguntaban quién era ese señor y de que virus hablaba Mirta …Rafael decidió Averiguarlo, tomo una ducha, se puso una camisa blanca y un pantalón de lino color beige y un sombrero volteao, y fue donde su compadre Pepe a comentarle la noticia,
Pepe le dijo ombe Rafa, ya tú no tienes nada con esa mujer déjala que se vaya, ¡tú no tienes nada que ofrecerle!, a lo que respondió Rafael … yo sé que la perdí solo que se escuchan rumores que ese hombre trajo un virus de Europa muy contagioso!
Pepe respondió «hombre como va ser tememos que averiguarlo, ¿quién te dijo?, Rafael le contesto «me lo contó Mirta a ella le contó una mesera del pueblo que lo había escuchado hablar con alguien y ella me ha contado, vamos a averiguarlo.
Lo que muy pocos sabían es que el griego se llamaba Viroz Papulopuz y se había regado chisme en el pueblo que él tenía un «virus», el cual recorrió el pueblo en un dos por tres.
Las invitaciones se empezaron a repartir en el pueblo, la boda anunciaba a más de 700 invitados la buena nueva, Milena la hija de la niña Fabiola de Ñañez había conseguido el hombre soñado, adinerado y apuesto que había llegado por negocios y terminaría encontrando el amor en estas tierras sabaneras, su ex marido Rafael ya era cosa del pasado.
Doña Gladis de porto y su hermana doña Lola de Porto dos mujeres con un estatus social alto en la ciudad pertenecientes a la alta alcurnia del pueblo pero que se les identificaba plenamente como las más chismosas, se enteraron del chisme del griego que había llegado con el virus y convocaron de urgencia esa misma tarde a sus amigas de té para contarles el chisme.
En el transcurso de la reunión se decían varias cosas,
– ¡Ayy ¡niña como va ser eso, aquí que no venga ese tipo a infectarnos puede tener mucha plata, pero yo a esa fiesta no voy!!!
– Ay no mi amor yo tampoco voy a eso …ese tipo con ese virus mortal nadie va a ir a eso!
– Yo voy a devolver la invitación
Y así se empezó a regar en el pueblo que el que fuera al matrimonio se infectaría con el virus, este grupo de mujeres desocupadas se encargaron de regar como pólvora el chisme agregándole de una a otra un pedazo a la historia… que traía un virus… que era mortal…que tenía una enfermedad terminal…que al que el tocará le daría lepra y moriría, que era el quinto matrimonio del griego, que se casaría solamente porque estaba desterrado de su país y quería hacer una obra de caridad entre otras barbaridades.
Su amigo Pepe era cercano a uno de los maridos de estas mujeres, se enteró de toda la supuesta historia y se la fue a contar a su fiel amigo Rafael.
Una vez le contó la historia le dijo Ombe Rafa no se si felicitarte o darte el pésame porque tú mujer también morirá…
Rafael se sentó en el andén y comenzó a llorar… ¡Ese maldito la va a matar! y suspiraba con un llanto profundo y desconsolado.
Mientras la noticia llegaba a todos los rincones del pueblo los dos novios vivían un idilio esperando el gran momento de la boda.
La torta era gigante tenía 12 niveles pesaba 200 kilos, la fiesta sería en el club de la ciudad ya se tenían previstos 18 novillos 15 marranos 43 gallinas y 100 cajas de whisky.
Faltando dos días para la boda el cura del pueblo llamo a casa de los Ñañez a recomendarle con mucho tacto que el novio se hiciera chequeos médicos antes de la boda y le exigió como nunca se hace un certificado médico del novio sin ondar mucho en el tema.
Los meseros llamaron al club para cancelar el servicio por diferentes motivos dejando dicho que no asistirían.
Los músicos de la fiesta llamaron a la casa de los Ñañez a decir que no podrían, que la fiesta se les cruzaba con otro evento, el tema se estaba turnando preocupante, pues los novios y la familia de ellos no sabían que pasaba.
La mamá de la novia preocupada le dijo: ¡mamita todo está muy raro tal vez es un mandado divino no te cases con ese hombre mira lo que está pasando esos son mensajes divinos!
Milena no le hizo caso a su madre y le comento a su novio la situación para lo cual el respondió: «Nos casaremos y haremos la fiesta todo saldrá bien»
Llegado el día sábado, día de la boda todo estaba listo con algunos inconvenientes, pero no sé podía aplazar la boda, al llegar el novio a la puerta de la iglesia estaba cerrada, se dirijo a la parroquia y pidió el favor que abrieran la iglesia y el cura le dijo desde el pequeño portillo del despacho, trajiste el certificado médico pásamelo por debajo de la puerta. Al verlo constató que no tenía nada malo y fue abrir la iglesia para celebrar el matrimonio.
La novia llegó y los novios se casaron en la catedral con pocos asistentes y algunos curiosos que no querían dejar de conocer al hombre que estaba «infectado».
Algo que llamo la atención en la ceremonia fue el nombre del Griego Viroz Papulopuz! fue en ese momento que se dieron cuenta que todo había sido chisme y rápidamente como de costumbre se rego el cuento que el tipo no tenía nada y que pronto comenzaría la gran fiesta en el club, y que nadie debía perderse semejante festín, aún algunos incrédulos que se enteraron de la noticia dijeron: » yo voy pero a mamar ron y a comer! no tengo que ver con virus ni con nada!»
Fue un gran evento, las mujeres chismosas de la alta sociedad todas asistieron a la boda, con vestidos suntuosos y en algunos casos fiados para no perderse la boda del año del extranjero y la hija de los Ñañez, una boda soñada dónde se bailó y se gozó hasta el final al ritmo de porros sabaneros; todos se tomaron fotos con los novios y Viroz el novio bailo con todas las mujeres invitadas quiénes hacían fila para que les concediera una pieza.
El viejo Rafa en la mañana del domingo enguayabado fue a la cocina y Mirta la empleada le llevo el café a la mesa y le dijo: buenos días señor Rafa mire están diciendo que su ex mujer se casó embarazada y está esperando trillizos.
Rafael con mucha tristeza la miro y le dijo …nojoda cómo es eso…
así que tomo un baño rápidamente se puso aquella camisa guayabera blanca un pantalón blanco y su sombrero volteao y se fue deprisa donde su amigo Pepe a contarle la última noticia…
Pepe le dijo caramba mi hermano cuánto lo siento yo por ahí escuché que está preñada… así se casó! ¡y además dicen que esos pelaos no son del extranjero ese!, dicen que otro fue quien la preñó.
Autor: Boris Sánchez Maldonado
Boris Sánchez Maldonado nació en Bogotá el 12 de agosto del año 1979 su infancia se desarrolla en la ciudad de Sincelejo donde guarda sus recuerdos más amados de una niñez mágica.
Exmilitar de la legión extranjera sirvió a Francia en sus filas durante 10 años y participó en diferentes misiones alrededor del mundo, experto en seguridad y gestión de la universidad Miguel Hernández del Elche de España.
Regreso al país hace 5 años vive actualmente en Sincelejo decidido a emprender, le apuesta a la cultura, es uno de los fundadores de la fundación Musical Mar Sonoro dónde le apuesta a la cultura y al desarrollo social por medio de las artes.
Escritor de cuentos y amante de la sábana sucreña que describe en sus letras con un toque mágico y dulce a dónde llego para nunca más irse.
Tel: 3103549558